En
la película “Experta en crisis” la estratega electoral Jane Bodine (Sandra
Bullock), concluye: “Si el voto cambiara las cosas, lo prohibirían”. En Venezuela esta practicamente prohibido.
Hace
50 años cuando nos separamos de toda militancia partidista, decidimos organizar
reuniones para todos los líderes sociales y culturales conocidos que estaban
activados con propósitos de cambio. A esas reuniones invitábamos a dirigentes
de todas las tendencias: socialdemócratas, pro-chinos, democratacristianos,
socialistas, anarquistas, etc. En una de esas reuniones un importante líder
político nos dijo, algo mas o menos así: “los eventos políticos mas importantes
en donde se decide estratégicamente, básicamente los únicos en donde se
confronta realmente el poder, son las elecciones”.
Otro
dirigente político: Domingo Alberto Rangel, contó que en una ocasión estaban
reunidos con el Che Guevara para evaluar que se viniera a luchar en Venezuela y
este, según DAR, respondió que: en Venezuela no tendría éxito la lucha
guerrillera porque era muy dominante la idea de la democracia en la gente. Eso sucedía en los 60 a pocos
años
de iniciado el período democrático en el país.
Esos
tres elementos mencionados: el poder de cambio del voto, lo estratégico de las
elecciones y el arraigo de la democracia en la gente, me dicen que realmente la participación es
determinante en la lucha por el poder en la Venezuela actual y por eso el
gobierno, los manejadores o elite dominante, destruyen el poder del voto
creando desconfianza en todo lo que significa. De alguna manera las acciones
del régimen responden a lo que señala el personaje de experta en
crisis: prohíben el voto porque puede
hacer que cambien las cosas.
Quienes
crean que las llamadas “guerras sucias” solo se utilizan en las campañas
electorales, no se han dado cuenta que esta es una guerra de largo aliento que
tiene rato disparando mentiras y matando o “prohibiendo el voto” como salida a
la crisis.
Plantando
la mentira, jugando con la opinión pública con base en rumores, noticias falsas o “fake news”, la
idea queda plantada en la cabeza de las personas y se crea la duda. Para
lograrlo se montan laboratorios, “tribus”, “tropas” o granjas de activistas que
se dan a la tarea de difundir por las redes esas informaciones falsas. Han
sembrado tal nivel de desconfianza en las elecciones, los partidos, los
líderes, que ya nadie cree en nadie y mucho menos en las formas de lucha pacificas
o no violentas.
En
una entrevista el economista Ricardo Hausman afirmaba que el pueblo ha sido “desempoderado”,
que la intención de las elites del poder ha sido destruir las posibilidades de
decidir de la gente. Y yo digo: se ganaron la confianza para que les dieran el voto, ofreciendo aumentar el poder de la
gente con la participación y lo que
hicieron fue construir un sistema totalitario que a través de la dependencia
elimina la autonomía, la dignidad y hasta la condición humana de decidir. Es
decir desempodera al ciudadano
convirtiéndolo en un siervo del poder, en lugar de un ciudadano de la
Republica.
Le
mintieron al país y en especial al pueblo que decían defender. Mintieron para
tomarse el poder y enriquecerse. Engañaron ofreciendo mas democracia y crearon
un monstruo totalitario enemigo de la participación y la democracia
Una
estrategia para recuperar el poder de cambio del voto pasa por pelear los
espacios y enfrentar las maniobras que impidan que el voto elija. En este
momento histórico una estrategia por elegir puede significar romper el
abatimiento y generar movilización.
Hay
una intervención absoluta de las elites del poder para evitar que el pueblo
elija. Nada favorece al gobierno para ganar el voto, así que debe acudir a
todas las formas de fraude, extorsión, intimidación y sobre todo a generar un aparente proceso institucional de elecciones.
Todas
las señales son para que buena parte del
80% que rechaza al gobierno se abstenga y gran parte del liderazgo opositor
este convencido que asi no se puede.
Incluso
participando y ganando todavía el gobierno tiene dos herramientas para ganar
perdiendo:
1.
una ya esta iniciada: su instrumentación con la
misma resolución con que el TSJ nombra el CNE puesto que allí cambia las reglas de juego y con esa
modificación difícilmente la oposición podrá lograr la mayoría parlamentaria
que logro en las elecciones del 2015. La elección proporcional y la
modificación de las cantidades de diputados es una jugada iniciada.
2.
La Segunda herramienta es que la elección no
elimina la ANC y esta con su autonombrado ultrapoder, seguiría legislando en
paralelo e imponiendo cosas que la Asamblea que salga electa pudiera tratar de evitar.
Siendo
que el sentimiento mayoritario es querer elecciones presidenciales y no otras,
la participación será escasa. Con todo lo anterior el piso esta hecho para que
en unas parlamentarias la abstención gane
y por tanto se pierda del reducto institucional de la oposición.
¿Cómo
entonces recuperar el sentido del voto?. ¿Pueden las organizaciones políticas o
la sociedad civil ser capaces de afrontar la decisión y correr el riesgo de
hacer lo que menos se espera?. Algo como lo que ocurrió en el año 52. En
aquella elección cuestionada y con toda las de perder, el principal partido
llamo a abstención y sin embargo le gente voto por URD. El pueblo gano aunque
después la dictadura arrebato el triunfo. Pero esa demostración de mayoría es
lo que puede romper la unidad que sostiene al régimen.
Se
trata de hacer algo como lo que hicieron los habitantes de la ciudad sin nombre
en la novela “Ensayo de la Lucidez” de José Saramago:
“Durante las elecciones municipales de una ciudad sin nombre,
la mayoría de sus habitantes decide individualmente ejercer el derecho al voto
de manera inesperada. El gobierno teme que ese gesto revolucionario sea capaz de
socavar los cimientos de una democracia degenerada…”
En
este momento es necesario evidenciar la mayoría, evidenciar que se tiene
suficiente apoyo para generar un cambio. Para lo cual hay que crear las
posibilidades de medirse. Ya hubo algo parecido en aquella consulta del 16 de
julio que, por fuera del CNE y sin Plan República, algo netamente civil,
convoco a la gente y a pesar de las amenazas e incluso del asesinato de una
señora en un centro electoral en Catia, la gente voto.
Hay
que ser creativos y sorprender, quizás la formula sea convocar a la elección de
la Asamblea del Pueblo, algo simbólicamente contundente capaz de “socavar los
cimientos de una falsa democracia”.
En
todo caso, sea que se llame a abstención, que se decida votar o se invente una
elección debe existir una estrategia que saque provecho del resultado de esa gran
movilización y marque un rumbo unitario hacia el cambio.