Entramos en la recta final hacia un día estratégicamente decisorio sobre el futuro del País. Sea que se de la elección o NO, sea que hagan trampas o NO, incluso que se les gane aun con todas las trampas que harán, sea que suceda lo que suceda, ese día será un punto de giro en la situación nacional.
Cómo sucede normalmente, en
período de campaña la tendencia de ir a votar aumenta, muchos indecisos
comienzan a manifestar que lo harán y en la medida que se conoce la oferta pues
esa intención se define por uno u otro candidato. De algo sirven las campañas,
sino no se hicieran.
Hay una polarización que se
agudiza en insultos y ataque. Cada día
salen más defensores del voto, mientras que los que aspiran a resolver la
situación con el apoyo internacional, con base en una alta abstención, se
consideran mayoría porque la gente ya no cree en el voto. Esta polémica interna, que no golpea al
gobierno, afecta a un alto porcentaje de
votantes que quiere salir de Maduro y no sabe cuál es la mejor vía para
lograrlo. Probablemente este escenario genera desgano, decepción y
desmovilización. Lo cual pudiera favorecer a la abstención.
Lo cierto es que las encuestas
van señalando el crecimiento de la intención de voto en sectores de la
oposición. Si bien en el caso de los chavistas se venía evidenciando una
intención de casi 100% en la oposición la intención estaba en un 60 %.
Especulando y sacando una hipótesis de estos porcentajes. El 60% del 80 % que
rechaza el régimen, vendría a ser un 48% de votantes que rechazan el régimen
que votarían, mientras que 100% del 22% que apoya a Maduro sería 22%, es decir
que el voto opositor podría llegar a duplicar el de Maduro. Solo que ese 48 %
se dividiría entre Falcon y Bertucci. Se dice que Bertucci tiene un 15% y
Falcon tendría 33%. Este es el escenario en que se basa el comando de Falcon
para decir que ganaría. Su reto es entonces lograr que el 40% que rechaza el
madurismo vote y que lo haga por él.
Del otro lado quedaría un 40% del
80 que rechaza a Maduro que no votaría; lo cual es poco para la estrategia de
lograr un vacío en las urnas y un apoyo unánime internacional al rechazo de
Maduro reelecto.
Veamos 40% mas 22% da por encima de 60%. Encuestas
recientes hablan que está por encima del 50% la intención del voto. Si el
patrón electoral es de 20 millones aproximadamente. Con 50% se llenan las calles. Recuerden lo
exitoso que fue el 16 de Julio de 2017 para la oposición: las calles se vieron
llenas con unos 7 millones.
Que quiero decir con esta
especulación de cifras. Que nuevamente los principales partidos y el Frente
Amplio Opositor, equivocan la expresión concreta de su estrategia convocando a
dejar vacías las calles.
EL VOTO SECRETO GARANTIZARÍA MAS UNA REBELIÓN PORQUE EL ACTUAL ESTADO DE
DESMOVILIZACION DE LA GENTE NO GARANTIZA VACIAR LAS CALLES
Si queremos verlo desde otro
punto de vista: el voto secreto cubre las espaldas de los funcionarios. Es
decir: el personal que trabaja para el Estado y los beneficiarios de los planes
sociales, no van a dejar de asistir porque los van a chequear, recuerden todo
el aparataje de puntos rojos, carnet de la Patria, Qr, etc. Van a ir, van a
llenar las calles. Si no lo hicieran estaríamos frente a una insurrección. En
cambio si la convocatoria de la oposición hubiera sido para votar nulo o a
votar por alguien, los empleados públicos podrían hacerlo. Por eso es que debe
garantizarse el secreto del voto. De tal manera que el escenario que se
presenta no es favorable a la táctica de las calles vacías, mientras que una
convocatoria a rebelarse en las urnas hubiera sido más utilizable para las
nuevas batallas.
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