Tenía
tiempo sin viajar al Táchira, aproximadamente 3 o 4 años. Llego al aeropuerto y
apurado paso directo a buscar un taxi. Me sorprendo por la cantidad de taxis
operando. Sucedió hace ya casi una década, en este aeropuerto, cuando fuimos a
buscar taxi se habían marchado todos y no había mas vuelos, por tanto no
vendrían mas taxis. Los primeros pasajeros en bajar se habían llevado los
existentes para ese momento. Para ese tiempo todavía era un aeropuerto mas
militar que comercial. Nos toco caminar hasta la carretera y esperar un autobús
que nos acercará hasta los lados de Santa Bárbara de Barinas para ir a la
reserva forestal. Pero ese es otro cuento. Lo cierto es que me quedó en la
mente la idea de que al llegar a este aeropuerto podía quedarme sin taxi, sin
embargo me impresionó ver la caravana de taxis en espera de pasajeros. Apenas iniciar el viaje fui descubriendo las
grandes colas en las bombas de gasolina. Pregunte al chofer las ventajas del
chip. En realidad teníamos días sin colas, pero los rumores de aumento del
precio las genero de nuevo. Y ese chip no afecta su trabajo?, cómo hacen para
volver a llenar si tienes viajes largos? Cómo hacen los turistas que vienen en
sus carros?. Pasamos mucho trabajo con eso. Los turistas deben sacar un permiso
temporal que les permite llenar en ciertas gasolineras. Y cómo hacen con las
colas para comprar comida? Mi esposa tiene más posibilidades que yo porque ella
trabaja en una escuela atendiendo el comedor. Puede salir y hacer la cola. Si
yo me pongo en eso, imagínese, cuantos viajes al aeropuerto o otros sitios pierdo. Así fue desarrollando
sus ideas y compartiendo en el viaje a San Cristóbal. Me confeso que era
campesino, de un pueblo cercano, que tenía un terrenito cerca de la finca de su
papá y que tanto él como su papá ya no estaban produciendo café, ni tenían
ganado. En cambio producían pasto. Eso porque el pasto no requiere mayor
atención. Para cultivar otras cosas no consigues mano de obra, ni
fertilizantes, ni abonos. No hay quien trabaje la tierra. Imagínese usted que
un campesino gana diario 300 bolívares, y un motorizado pasa un tanque de
gasolina y hace 3000 bs en un día. En un viaje hace lo que gana un campesino en
10 días. Después de un silencio me cuenta que se compro ese carro y dejo la vida campesina. Me va bien, yo veo
que muchos andan pasando gasolina y hacen mucho dinero, pero yo prefiero
trabajar en esto. Yo me vine acá y mi esposa y mis hijos se quedaron en el
pueblo. Alquile una habitación y cada dos semanas los visito. ¿Y como hiciste
para comprar el carro? Bueno hay que ver que tuve suerte porque hable con una
señora que conocí que trabajaba en el banco y me oriento sobre como conseguir
el crédito. Me dieron 120 mil aunque en realidad me aprobaron 250 mil, pero me
dieron 120, con dos años de gracia y cinco para pagar. Era un crédito para mi
finca. Y me compre una bronco. La vendí y me compre este carro. No se si me van
a cobrar 120 o 250. Tengo que volver a buscar a la señora para preguntarle.
Estos estados andinos eran copeyanos, en tu pueblo por quien votan? Yo soy
opositor pero mi abuela tiene miedo de que le quiten la pensión, por eso no va
a ningún acto y yo la llevo a votar. Yo voto por la oposición. Somos muchos en
el pueblo pero gana el oficialismo porque mucha gente tiene miedo de que le
quiten la ayuda. Cuando me aprobaron el crédito casi todos los que salimos éramos
de oposición y los oficialistas le reclamaron al alcalde pero dijo que nosotros
nos habíamos movido y ellos no. Yo hice todas las diligencias y estuve
pendiente. Por eso a nosotros nos salieron , porque llevamos todo lo que nos
pidieron. Ellos se quedaron esperando que se los dieran.
Llego
a San Cristóbal y encuentro largas colas en las bombas de gasolina de la
ciudad, dan la vuelta a la manzana. Me paro y tomo fotos. Mas tarde entro en
“territorio apache”. Alguien me cuenta que es una zona muy peligrosa, que no es
bueno andar por ahí porque aparte de ser el centro de las protestas hay muchos
delincuentes. Roban a estudiantes, profesores y vecinos. Una semana antes habían
abandonado las instalaciones de la universidad unos tomistas. Me cuentan que
eran unos 150 de los cuales solo 20 eran estudiantes, el resto delincuentes,
desempleados, incluso algunos que abandonaron sus trabajos porque les pagaban y
muy bien. Hay mucho dinero en juego. No se sabe de donde viene. Cómo se
explican todos esos sacos de morteros que se llevaron. Y todos los días se los
reponían. ¿Cuánto vale un mortero?. Unos estudiantes me cuentan que varios de
los que participaban en esto cobraban, (unos dicen que 3000 otros hablan de
7000 diarios). Es demasiado tentador para mantener una barricada. Me dicen
también que “así como hay delincuentes en las protestas buena parte de la
policía esta compuesta por unos malandros provenientes de un barrio de acá, eran
una banda y ahora son policías”. En el almuerzo comparto con un señor que me
habla de la prostitución, dice que ha crecido bárbaramente. Vienen hasta de
Caracas, pasan una semana en Cúcuta y ganan lo de 3 o 4 meses, con eso cubren
el pasaje, la manutención , las compras y se llevan un realero. Le confirmo lo
que me dice por una noticia que leí en la prensa acerca de una protesta de las
prostitutas de Colombia que están molestas por la competencia de las
venezolanas. Entre los alumnos del curso tengo un sacerdote. Tiene pinta de
Hippie, pelo largo, suéter y blue jeans. En uno de los intermedios compartimos
un café y le comento que he visto muchos vehículos carros, motos de alta
cilindrada, camionetas y mucho movimiento en las noches, como si hubiese mucho
dinero circulando. Es cierto hay mucho dinero proveniente de diferentes
fuentes. Me explica que hay un cambio en la relación con Colombia. Ahora vienen
de allá a comprar acá y buena parte de los que ves en la noche son procedentes
de Colombia, se vienen a parrandear los viernes y sábados y luego se van.
También vienen y hacen compras, pero no estamos preparados para eso y no hay
mercancía para atender esa demanda. Les resulta buen negocio el cambio, el peso
vale mas que el bolívar. También hablamos del contrabando de acá para allá. Es
muy tentador. Son muchos los que andan en eso. He sabido de algunos que traen
tintes de caracas y los venden en Cúcuta. Ganan hasta 50.000 por viaje. A mi me
han tentado pero les he dicho lo que siempre me ha recordado mi mamá, se
imaginan lo que significa que aparezca en la prensa “cura atrapado con xs
productos contrabandeando”.
En
la noche me despierta una algarabía de unos amanecidos. Le cuento eso a un
bombero que tengo de alumno y me muestra unas fotos. Me dice que eso debió ser
de estos muchachos. Los mataron. Se los llevaron por delante y se dieron a la
fuga a esa hora al frente del hotel. Murieron instantáneamente, no tenían
casco. Uno de 19 y otro de 20. Habíamos logrado bajar los accidentes con la
prohibición de circular con las motos de noche, pero ya se relajo y volvemos a
cifras muy preocupantes. Quien habla es un bombero que trabaja en una oficina
de control de accidentes y da clases, forma bomberos y voluntarios.
De
retorno converso con el chofer que me traslada al aeropuerto. Vemos camiones
con cabillas yendo en sentido contrario es decir como si vinieran de Colombia
hacia el centro. Me comenta que le parece extraño, que nunca había visto
camiones de cabillas, y son de primera, me dice. Me apoyo en esa afirmación
para preguntarle sobre el contrabando de gasolina. Me cuenta que las gandolas
hacen mucho dinero. Póngale que son 45000 litros, a 400 bs son 18.000.000. Una
pimpina 22 litros son 28 mil pesos. El contrabando paga. Yo no pude comprarme
un carro cuando se podía. Había reunido un dinero pero no me alcanzo. Me atrase
y en eso se dispararon los precios. Ahora estoy de avance. No ahorro en el
banco porque se pierde el dinero, no vale nada. Me compre unas motos y se
revalorizaron. Las tengo guardadas. Mi familia me dice que me vaya. Tengo
familia en Bogotá y un primo gana mucho dinero allá. Lo estoy pensando. Puede
ser si cuento con la habitación mientras reúno. Allá se pueden tener
ahorros.
Llego
al aeropuerto. Parece un terminal de autobuses. Le hicieron un techo y allí
esperas en una especie de feria de comida, adentro no hay en donde esperar,
solo colas en cada taquilla de las líneas. Mucha gente. Familias colombianas
que van a pasar días en Margarita. Venezolanos que vienen de buscar cosas en
Colombia. Me siento a esperar porque el avión tiene tres horas de retraso. Doy
vueltas y al final el hambre me hace compartir mesa con un cura, viste muy tradicional: sotana
negra, larga casi hasta el piso, cuello cerrado. Me dice que es enviado del
papa, es misionero internacional. Al escuchar su acento colombiano le pregunto
si vie en Colombia. Me dice que viene de visitar la familia y va para el
oriente del país a pasar un tiempo, allí lo enviaron. Hablamos de la violencia
y de la inseguridad en Venezuela. De pronto me dice que es exorcista, me
traslado al cine, me siento como en una película. Me cuenta que en Roma hablo
con un colega exorcista que le narro su mas reciente confrontación con el
diablo. “Me voy a apoderar de los jóvenes, lo estoy logrando. De esa forma los
voy a derrotar”, así le dijo el diablo. Eso explica lo que esta pasando en el
mundo: la posesión demoniaca, los matrimonios entre el mismo sexo, las sectas, las
drogas, los crímenes, todo eso es la demostración de lo que el diablo le dijo a
mi colega. Hay que recuperar la familia y los valores. De pronto se para y se despide. Luego de
varias horas de espera anuncian el vuelo. Me coloco en la cola y veo pasar al
exorcista, se sienta al fondo. La cola avanza y cuando ya estoy a punto de
entregar mi ticket para pasar al avión, el sacerdote se acerca apurado y me
dice “ te estaba buscando” y se colea.
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