jueves, 21 de abril de 2016

Entre culturas de dominio os vieres


Después de la conquista viene el proceso de imponer ideologías, religiones, costumbres, formas del conquistador; es el proceso colonizador que va a salvar, estabilizar, en fin dominar al conquistado. Resulta más fácil entenderse con un pueblo dominado cultural y económicamente que con un pueblo que mantiene sus costumbres, hábitos y modos de ser. Si la identidad de un pueblo es solo folklórica no hace daño al sistema de dominación, en cambio sí es contraria a los fundamentos del modo dominador o que aspira a ser dominante, entonces debe ser colonizado, execrado, censurado, perseguido.

El miedo es clave en un proceso colonizador. Si no aceptas las creencias serás víctima de los demonios o castigos que reservan los dioses poderosos del conquistador.

Hubo conquistas por la vía  de fuerza en nuestras tierras y las ha habido de sutileza, como el agua que hierve de a poco a la rana para que no salte. Es así como se puede penetrar la columna de funcionamiento de un país. Todo se hace más viable al construir un lenguaje común: mi dios es el tuyo, los tuyos ya no sirven. Entonces  la  narrativa que comienza a partir de ahí es dominada por el colonizador y el final de esa historia es poco conocido por el colonizado en el sentido de saber para donde van las cosas. De tal manera que si tú eres el que conoce el camino “yo me dejo guiar”.

La modernidad hace de la vía de fuerza un retraso y convierte a la economía en un mecanismo que puede penetrar con mayor facilidad. Por ejemplo por la vía del consumismo o por la vía del miedo. Si te opones lo pierdes todo si te agachas tendrás oportunidad.

Ahora bien, una cultura es una forma de hacer las cosas. En los estudios de cultura organizacional existe una definición que a mí me gusta utilizar para explicarla y es “el cómo se hacen las cosas aquí”. Al entrar a una organización se aprende ese “´cómo hacer…” que permite guiarse en decisiones y actuaciones. La cultura influye en las decisiones y en la comprensión de la realidad que guía las decisiones. Cuando un jefe llega y trata de imponer cambios, se enfrenta a la cultura y sobre todo a los guardianes de la tradición. Y aun sin cambiar las cosas, esa cultura existente le dificulta poder dirigir, liderizar, o comprender, entonces va imponiendo su propia cultura.  
Al líder o dominador le es más fácil dirigir en los términos que conoce, por eso impone sus símbolos, sus patrones, etc. Pienso que cuando un pueblo es dominado económicamente también sucede. Como puede dirigir alguien que viene de una cultura autoritaria, centralista y dictatorial una comunidad, pueblo o país de talante democrático. Pues lo hace por una de las dos vías antes comentadas: el miedo o “el agua tibia”. O una combinación de ambas. Si yo no me adapto a la forma en que aquí se hacen las cosas, y tengo el poder suficiente para hacer que se hagan como yo las sé hacer, entonces impongo mi modo de hacer, mi cultura del hacer.  

Un economista procedente de una economía cerrada, de un país conducido de manera autoritaria y dictatorial, llega a un país democrático para asesorarlo  y ese país tiene tradición de libre comercio, opinión y consumo. Qué transmite como solución? Cuál es la expertícia para conducir esa economía: racionamiento, limitación del consumo, y un contexto de poca información, cerrado a la libertad y con estigmatización del libre pensamiento.


Igual pudiese suceder si el economista que busca el país está formado en una escuela de pensamiento absolutamente liberal y proviene de organizaciones democráticas, entonces tratara de encaminar ese país por la vía de lo que conoce y considera válido.  

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