viernes, 28 de diciembre de 2018

ENTRE EL 5 Y EL 10


Un nuevo hito o día final se quiere marcar arrancando el 2019. Estrategias cruzadas procuran encontrar la posibilidad de modificar el cuadro político y sacar provecho de una situación de ilegitimidad y o ilegalidad.
Según algunas expresiones se mueven dos criterios partiendo del nombramiento de la nueva directiva de la AN que deberá producirse el 5 de enero. Con base en el acuerdo político entre los partidos opositores, en esta ocasión le corresponde  al partido  Voluntad Popular presidir la Asamblea Nacional durante el 2019, es por ello que el Presidente acordado será el diputado Juan Guaidó Marquez.
Algunos  opositores consideran que  a partir del 5 de enero: Una vez nombrada la directiva de la AN, esta debe convertirse en gobierno transitorio y se prepararía la toma del poder por parte de dicho gobierno. El asunto es discutido por algunos sectores de oposición que consideran la dificultad de no contar para el logro de ese objetivo, con la fuerza organizada de la población y mucho menos de la fuerza armada nacional. Mientras que, a nivel internacional (especialmente el grupo de Lima),  se ha descartado la fórmula de la invasión  y solo se contaría con el apoyo de aislamiento que propiciarían algunos países y organismos al desconocer el nuevo gobierno de Maduro.
Esta estrategia de gobierno transitorio vuelve a verse sin que “los rusos jueguen”. Es decir se cuenta con un “quiebre”, una ruptura de la unidad del chavismo-madurismo, a partir de lo cual terminaría de caer el régimen. Pero el escenario que puede ocasionar la puesta en práctica de ese gobierno transitorio es correr con la misma suerte que corrieron los del TSJ (legitimo) nombrado por la AN: salir del país o ser detenidos.
Como escenario de quiebre en formación,  se parte de algunas señales dadas entre las fuerzas opresoras, que pueden ser entendidas como de abandono y hasta traición, tales como las declaraciones de los dirigentes del partido Podemos de España, quienes se han deslindado del gobierno “Madurista” o por lo menos de sus políticas económicas y más recientemente por lo dicho por José Vicente Rangel en su programa de tv, así como  lo declarado por algunos otros chavistas que se deslindan de Maduro y su entorno inmediato. Es quizás a esas señales a las que se refieren los partidarios del gobierno transitorio, ligando que se produzca el quiebre en las fuerzas militares (que no opinan públicamente); a las cuales algunos líderes opositores están llamando directamente a pronunciarse, como es el caso de María Corina.
La otra posibilidad que se mueve en el ambiente político es la de una posible negociación producto de las dificultades para la gobernabilidad a partir del agravamiento de la crisis y lo que sucedería entre los 5 días que van del 5 al 10 de enero, sería parte de ese proceso de presiones para que sectores del poder decidan entrar en una verdadera negociación.
Sin embargo, la semana del 5 al 10, y la situación que pareciera ser de un gobierno “débil y acorralado”, puede no ser el final del camino sino el inicio de un nuevo afianzamiento del poder de la fuerza sobre una oposición dispersa y llena de contradicciones, la cual muestra dificultades para su propia gobernabilidad
Lo cierto es que fijarse el día 10 como un nuevo día final, lo que puede ocasionar es que una nueva derrota, un escenario que denote que no sale el gobierno de forma inmediata, se genere mayor frustración y retroceso en los avances organizativos, así como la salida de otro millón de personas alimentando la diáspora de venezolanos en el exterior.
Iniciamos así el 2019 con gran incertidumbre y esos 5 días serán de gran importancia, y podrán ser determinantes más no decisivos.

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