sábado, 29 de agosto de 2020

NECESITAMOS QUE EL FINAL SEA PARA ELOGIAR LA TRAICIÓN

Hay una versión, plasmada en una película que no recuerdo su nombre,  según la cual Judas traiciona a Jesucristo porque pertenecía a un movimiento subversivo contra el dominio romano. Según esto, Judas consideraba que si Jesucristo era detenido, el pueblo se levantaría y estallaría una rebelión. Al no lograr ese alzamiento popular Judas se suicida.

A veces una acción de traición puede generar un cambio en las condiciones y acelerar procesos. Es a eso a lo que se refiere el libro (otras veces citado por mi) de los franceses:   DENIS JEAMBAR e YVES ROUCAUTE (“Elogio de la Traición. Sobre el arte de gobernar por medio de la negación“). En dicho libro se habla de quienes han conducido o liderizado movimientos y gobiernos que por las razones de Estado o por el bienestar general, traicionan los supuestos ideales y actúan en razón de las necesidades y realidades.

En el cine y mas directamente abordado en las teorías sobre guion, a esos cambios se les denomina “Plot Point” o “Puntos de Giro” : “acontecimiento que se desarrollará en la acción del argumento y que cambiará la dirección del protagonista obligándolo a tomar decisiones que lo cambiarán”… y a la historia.

 

Ahora bien el éxito de una traición depende de la capacidad que el liderazgo tenga para realmente inclinar la balanza en el sentido necesario para un cambio. A Carlos Andrés Pérez le sucedió que se confió en su liderazgo demasiado y quiso dar un giro al país de lo que el mismo había fomentado en su primer gobierno. Pensó que su liderazgo era suficiente y se descuido frente a todas las fuerzas que se estaban aglutinando en su contra. No basto con armar un gabinete y un plan novedoso y fijar nuevos rumbos, porque la maquinaria montada socavo las bases de apoyo sobretodo al perder el control de su propio partido.

 

La traición a la que nos referimos es a que alguien, con determinado pensamiento, voltee sus principios para generar un cambio porque aprecia que un camino distinto puede permitir el triunfo de su causa. Entonces esa traición es calificada desde el punto de vista de quienes se quedan en la posición que les ha mantenido defendiendo  cuestiones insostenibles o haciendo más daño que beneficio.  Como decía Teodoro Petkoff: “Sólo los estúpidos no cambian de opinión”

 

Digamos que para que una traición valga la pena y sea exitosa, debe asegurarse con la fortaleza real del liderazgo. El problema se presenta cuando la incomprensión y la falta de comunicación impiden lograr incidir en la actuación de los equipos y  personas necesarias para producir los cambios.

 

Hoy en día con el arma mas poderosa de incidencia en la opinión, como lo son las redes sociales, se desarrollan guerras de opinión que procuran destruir el liderazgo y se hace mas que evidente la afirmación de “divide y vencerás”. Se estructuran maquinarias de desprestigio que se montan sobre una cantidad importante de “tontos útiles” que contribuyen a la destrucción de los liderazgos.

 

Sin embargo, esta demostrado que cuando hay una conexión entre la propuesta de giro o cambio de rumbo y entra en sintonía con lo que los ciudadanos consideran, entonces no hay “tropa”, ni “guerreros del teclado”, que puedan destruir la conducción del líder hacia nuevos rumbos o en todo caso el surgimiento de equipos  o grupos de líderes que asumen esa conducción  arriesgada y que en principio puede parecer una absoluta traición.

 

Si la traición “engloba los actos más extremos que defraudan a familia, amigos , partido o país, al hacer lo contrario de lo que se espera de quien tiene algún tipo de responsabilidad sobre ese  mismo grupo humano o sociedad”. Cuando ese giro se produce porque se busca dar un vuelco total a la situación y crear nuevas condiciones, entonces entramos en el terreno que definimos para elogiar a la traición.

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LA TRAICIÓN ES LO QUE PUEDE TRAER LA PAZ

  “Lo que estamos por hacer va a ser elogiado por el mundo pero tu gente te va a odiar y a mi los míos me odiaran”   La frase...