lunes, 23 de noviembre de 2015

LAS PRINCESITAS ESPERAN UN PRINCIPE AZUL


Viendo en la televisión venezolana un programa nocturno acerca de la sexualidad (con Guillermo Tell), tuve la oportunidad de escuchar a una escritora cuando explicaba como le afectaba a las mujeres la crianza como princesitas pues ello conllevaba a la espera de un príncipe azul, distorsionando de esa manera el mundo real para percibirlo entonces como Disney lo enseña. “Toda mujer es en el fondo una princesa a la espera de un príncipe  azul” y eso produce infelicidad, insatisfacción, baja autoestima “porque los príncipes no existen sino en las películas y los cuentos”. (“Licuadora de mujeres” Lissett Van Der Biest).

En un comentario sobre la película Tres Bellezas, de Carlos Caridad 2014, leo que  la actriz Fabiola Arace “está convencida de ser una suerte de princesa Disney sin ningún temor al ridículo y sin hacer de la comedia algo obvio”. Y días después en el canal Disney, en un programa donde una pareja de jóvenes juega y canta, la joven dice que a ella lo que mas le gusta en la vida son los perros y el joven le pregunta “¿por encima de las princesitas?.

Desde hace tiempo me pregunto porque tantos mensajes a través de diversos medios se mueven en esos parámetros. Y es que el mundo Disney como buena parte del mundo de la cultura occidental narrada por diversos medios, gira alrededor de una estructura de imágenes y contenidos monárquicos, cuestión que no entendemos, mas aun cuando Estados Unidos, siendo el primer productor para el entretenimiento,  y el país con mayor peso especifico en la conformación de los imaginarios del mundo, el que domina la pantalla, y se vanagloria de ser un país democrático, construye ese imaginario y no uno republicano y democrática, en donde los sueños de ser ciudadanos libres con derechos, sea al arquetipo y no las estructuras de una nobleza decadente y costosa.

En la era digital se cuestionan no solo las narrativas sino las realidades de un mundo en el que no es posible sostener monarquías frente a altos niveles de desempleo y pobreza como ha sucedido en España con el movimiento de los indignados. Y además buena parte del mundo se entera de ese cuestionamiento mientras otros continúan construyendo mundos virtuales de juegos e historias para reforzar la posibilidad de vivir en un reinado aunque sea a través de una computadora o una tableta.


Por eso me gusta cuando al final de la película “Ralph, el demoledor”, aparece el personaje de Vanellope, una falla (error de programación), y cuando es revelada como princesa de ese reino, ella se despoja del traje y prefiere ser presidenta. Sería importante producir películas en donde los personajes prefieran ser ciudadanos antes que súbditos, y Presidentes antes que Reyes.

LA ANGUILA FUE QUIEN AL FINAL SE QUEDÓ CON EL PODER

La presidenta Isabelita heredó la presidencia luego de la muerte de Perón. La fórmula Perón Presidente e Isabelita Vicepresidente, habría obedecido a dos factores: una especie de deuda de Perón y la influencia del “brujo” López Rega. Perón sentía que aliviaba su conciencia por no haberle dado esa oportunidad a Evita en su momento. Así dicha fórmula  satisfacía las peticiones del brujo y de su conciencia.  López Rega tenía un dominio casi total sobre Isabelita (cuestión que ella reconoció como error muchos años después de su derrota). El objetivo de López había sido infiltrarse lo más cerca de Perón. Para ello llego a España donde este vivía su exilio. Pudo no solo ganarse su confianza sino que llego a tener dominio sobre ambos. Su poder, sobretodo, estuvo vinculado a “los trabajos” que le hacía a Isabelita para transmitirle los poderes y virtudes de Evita cuando tenían el cadáver en la casa de Perón en España. Ese poder lo llevó a ocupar importantes posiciones en el gobierno Perón-Isabelita. Desde que llego se dedicó a destruir los grupos de izquierda, para ello creo la Triple A, que eran grupos parapoliciales y paramilitares que abrieron el camino a la dictadura más criminal y  feroz. Por la incapacidad de la heredera, la situación se fue haciendo muy complicada, tanto en lo económico como en lo social, mientras que en el plano político crecía la oposición y los sectores  más radicales del peronismo se abrían hacia la lucha armada. Agotada por las presiones la presidenta solicito un permiso, pero “La Anguila” ya estaba allí preparando el terreno y en marzo de 1976 los militares dieron el golpe definitivo sacando de juego a la incapaz Presidenta Isabelita.


ND: La Anguila nombre del personaje de la novela de Tomas Eloy Martinez “Purgatorio”, con el cual describe al sanguinario General Videla

viernes, 6 de noviembre de 2015

EL CINE, UN MODELO DE GESTIÓN PARTICIPATIVO

EL CINE, UN MODELO DE GESTIÓN PARTICIPATIVO

Durante mucho tiempo investigue y enseñe acerca de los modelos de gestión y la importancia de la comunicación en las organizaciones. En diversos cursos y talleres he utilizado un ejemplo de gestión pública que conocí desde sus orígenes, el cual se ha ido perfeccionando en los diversos momentos en que se ha puesto en marcha la comunidad que lo creo y que lo sigue defendiendo.  

El modelo originalmente obedecía a una forma de convocatoria desde y entre la sociedad, que en una primera fase logro mayor impulso con la organización en gremios. Los diversos intereses fueron confluyendo en sus respectivas organizaciones. Luego en  la medida en que se fue interactuando con las instituciones publicas, que a su vez el Estado creo para atender el área, el modelo fue adquiriendo la característica fundamental de un modelo participativo y democrático.

En un principio el cine se fue haciendo en Venezuela como una aventura individual o de grupos que se arriesgaban o aventuraban en un proyecto. Pero, frente al desamparo y la ausencia del necesario respaldo, diversos sectores comenzaron a plantearse la unidad para presionar y lograr la protección deseada. En este caso el amparo con una Ley.

Desde la movilización de los interesados que en un encuentro en Ciudad Bolívar en el año 1966, promovieron el primer proyecto de Ley de cine, fueron muchas las actividades que se desarrollaron para lograr el marco regulatorio y la protección necesaria del Estado para que naciera y se fortaleciera el cine nacional.  Es a partir de las Jornadas de cine de Cumana que se estableció una estrategia para fortalecer el tejido social y se adquirió el compromiso de crear tres organizaciones: la de autores, la de los críticos y la de los centros de cultura cinematográfica.

Poco después y ya teniendo las organizaciones creadas y con sus respectivos dirigentes actuando en nombre de un amplio número de miembros, se elaboraron nuevas estrategias y se avanzo en un proyecto de ley mas ajustado a las oportunidades que se presentaban. El  cine había adquirido cierto prestigio o lugar en la medida en que se logro la presencia de películas nuestras en el panorama de las pantallas y lograron receptividad del publico.

Así, los gremios fueron desarrollando un proceso de aprendizaje a través de la praxis, para no solo impulsar políticas públicas, sino colaborando en su implantación. Luego, al evaluar la práctica impulsar nuevas políticas que permitieran  el desarrollo del cine nacional. Todo ello sin descuidar la movilización y la incidencia política. Este proceso es el que conocemos como un proceso de construcción colectiva.

Es a partir de la creación de instituciones como el Centro Nacional Autónomo de Cinematografía (CNAC), que la experiencia acumulada, el conocimiento adquirido y la voluntad de cambio, se impulsan en un modelo de gestión bajo la forma de participación democrática.El CNAC  es un instituto que desde su creación, hace 21 años, a través de la Ley de Cinematografía implementa instancias de decisión integradas por representantes de las organizaciones,  combinación de profesionales y funcionarios representando a gremios, organizaciones o el Estado, llevando dicha participación a niveles reales de poder.   Es estar en las instancias de decisión con presencia real y decidir, deliberando con los diferentes sectores, oficiales o privados. De tal manera que se pone en marcha la aplicación de algo que no es simple ampliación de los cargos burocráticos o un saludo a la bandera de la participación sino que ha sido, es y seguirá siendo, algo defendido para que se mantenga y progrese: un modelo participativo y democrático.

Qué el modelo es perfectible!, claro, siempre lo ha sido,  y en el camino recorrido ha profundizado en los mecanismos para integrar nuevas fuerzas: desarrollando la descentralización y la desconcentración. Por ejemplo, recientemente se crean en la mayoría de los estados, redes populares de cine que reúnen a los diferentes actores sociales los cuales hacen vida en la actividad cinematográfica (producción, formación, investigación, etc.)  Además se impulsa la legislación de protección y fondos regionales, con los cuales se crean organismos similares o replicas del CNAC, en donde la representación de los diferentes intereses se activa para incidir en políticas públicas.

En si de lo que hablamos es de un modelo de gestión participativo que debería ser objeto de estudio y ejemplo para diversas instituciones que de aplicarlo mejorarían en efectividad, eficiencia y calidad, como lo viene haciendo le comunidad cinemtográfica

LA TRAICIÓN ES LO QUE PUEDE TRAER LA PAZ

  “Lo que estamos por hacer va a ser elogiado por el mundo pero tu gente te va a odiar y a mi los míos me odiaran”   La frase...