domingo, 24 de marzo de 2019

¿QUÉ TAL SI EN LUGAR DE HABLAR DE ORO HABLAMOS DE LUZ?

Estaba ayudando a Viktor con sus tareas y cuando llegamos en Ciencias Sociales, estudiando el origen de la bandera de Venezuela, ante la pregunta del significado de sus colores, me vino a la mente por qué no cambiar el significado simbólico y en vez de responder que el amarillo “representa el oro y la riqueza de Venezuela”, porque no decimos que representa la LUZ.

La luz de Reverón. La luz que tanto ha inspirado a nuestros artistas y enamorado a inmigrantes. La que ilumina las faldas del Ávila en las pinturas de Cabré. La luz de Los Andes y del Llano. Las luces del fenómeno del Relámpago del Catatumbo. Luz que desde el Oriente y del sur, nos llega como esperanza de ser mejores.

Quizás escribiendo esa nueva narrativa podamos cambiar los valores que desde muy pequeños nos metieron en la cabeza acerca de la riqueza: “Somos un País rico”. Sobre todo si al describir los colores de la bandera, en la definición del amarillo, decimos la palabra “oro”. Oro que despertó la ambición de los conquistadores buscando El Dorado. Oro que están sacando nacionales y extranjeros. Oro que ha contribuido a la corrupción de las Fuerza Armadas. Oro por el cual están dañando las bellezas naturales y las reservas de agua. Oro por el cual están asesinando comunidades indígenas. Oro por el cual nos invaden grupos armados.

Tal vez hasta el propio Miranda describió nuestro país como de muchas riquezas para lograr reunir un ejercito de mercenarios extranjeros ofreciéndoles el oro que colocó en la original bandera.

Propongo que describamos en un nueva narrativa el amarillo como: el color que representa “la luz que brilla en los ojos del venezolano constructor de futuro”.

Iván Zambrano Bencomo

miércoles, 6 de marzo de 2019

LA NO VIOLENCIA GANA TERRENO.


Los guerreros se encuentran mal parados frente al avance que va teniendo la estrategia de presión y crecimiento con métodos pacíficos. Cuestión que pone de cabeza a los cerebros del gobierno acerca de la guerra. Deseosos de la narrativa heroica o victimizada de un final para la ROBOLUCIóN se están quedando con los crespos hechos y los fusiles fríos.

Si bien esta claro que la estrategia en proceso tiene un componente de fuerza que permite presionar, no esta fuera de acciones muy en linea con las formas no violentas de lucha. A diferencia de lo sucedido en “La Salida”, con batallas desproporcionadas entre escudos de cartón y disparos. Hasta ahora van ganando la cantidad de fotografías y testimonios de grandes concentraciones y voluntarias movilizaciones.

Hay quienes enceguecidos por un inmediatismo, los que añoran invasión y guerra para sacar a los malandros, no perciben la fuerza que ha adquirido el camino no violento. Se habla de la imposibilidad de derrotar a malandros con votos y bailoterapias, pero resulta que la estrategia de aislamiento, bloqueo y control financiero es una forma muy fuerte de arrinconar a “los malandros”. Por mas que consiguen apoyo de Rusia, la India o China, no esta fácil el proceso para sobrevivir con tanta presión.

¿Es una injerencia? , pues si, lo es, y terminará siendo preferible esa injerencia en el campo diplomático y financiero, antes que una intervención militar. Menos sangre y menos lagrimas.

Esta claro para los que tienen el control de las armas, los que han utilizado la represión, la tortura y el asesinato, que ha habido un incremento del costo de esa represión en la medida en que la oposición utiliza acciones no violentas. El vil asesinato de Pemones, la quema de los camiones y la persecución de los vecinos de la frontera, tiene un alto costo político y penal en el futuro.

Por supuesto que para que esa represión se pare, no ha sido solo por las palabras y acuerdos, ha habido que buscar al “hermano mayor”. Y cual pelea de barrio si tu eres mas grande y mas fuerte, yo me busco un pana mas grande, que sabe boxear o es karateca y es mas malo que tu. Así tu dejas de golpearme o burlarte de mi, porque cuando lo ves te da miedo.
Esa presencia de un “hermano mayor” pone las cosas violentas en un nivel que obliga a contar los cañones y medirse en los juegos de guerra y las salas situacionales, analizando el escenario de la confrontación. Al final, procuran alejar la salida por vía de la guerra para procurar avanzar por las vías no violentas.

Mandela no era precisamente un líder de movimiento no violento, al contrario las negociaciones se dan en Sudafrica porque la violencia estaba afectando fuertemente tanto a negros como a blancos. Y el gobierno pensó que Mandela era quien podía parar la violencia y avanzar a una sociedad en paz. La actuación de Mandela con un sentido de reconciliación y paz comienza a partir de esas negociaciones y se profundiza y amplia al acceder al poder. No realiza movilizaciones con métodos no violentos, es mas bien lo que acá podríamos llamar la acción de calle lo que obliga a negociar al Apartheid.

Ghandi y Luher King fueron diferentes, no eran hombres violentos ni impulsaron organizaciones armadas, su lucha siempre fue no violenta, generando en sus adversarios desconcierto y obligándolos a retroceder o abstenerse de aplicar todo el rigor de las leyes. Es lo que ha estado sucediendo últimamente con los movimientos de Guaido.

Dirán: pero ha habido muertos!!, pues si los ha habido, con crueldad y ensañamiento como el que se ha desarrollado en la frontera sur con el pueblo Pemon. Pero los escenarios la estrategia de lucha, sigue por avanzando por el camino no violento. Mucho más de lo que han avanzado hasta el momento los “guerreros del teclado”.

domingo, 3 de marzo de 2019

DE LLAGUNO A SANTANDER: CAMINO ENTRE PUENTES Y BARRERAS DE SANGRE




Cuando escuche a Molina Tamayo arengar a los jóvenes que se encontraban en pleno combate desproporcionado contra policías y colectivos en los puentes fronterizos de Cucuta y Ureña, no pude evitar pensar en lo que hasta el momento había analizado como el escenario Llaguno: una movilización masiva llega a un punto de confrontación inevitable que origina muertes y heridos, se produce una ruptura moral entre las fuerzas represivas y se debilita el poder hasta llegar al punto de su caída. El esperado quiebre de la estrategia del “Coraje”.

Así sucedió en 2002, cuando ese mismo Molina Tamayo apareció como Jefe de la Casa Militar, vestido con un uniforme de Almirante que generó molestia en las fuerzas armada por ser un militar retirado, era el preámbulo de la derrota del golpe mejor conocido como “El Carmonazo”.

En esta ocasión no hubo un choque sangriento como en Llaguno, ni pronunciamiento militar ni quiebre significativo de las Fuerzas Armadas, solo ha habido una deserción a cuenta gotas que ya acumula unos 600 militares y policías del otro lado de la frontera. En todo caso, el enfrentamiento más importante no fue en donde estaba concentrada la prensa y la televisión mundial, presta para llevarse la gran noticia del choque de trenes. Es decir, la sangre no corrió debajo de los puentes de Ureña y Cucuta, sino al sureste del país, en Santa Elena de Uairen, siendo las principales victimas de la etnia Pemón.

Mientras ésta fue la realidad concreta, soñadores de la acción no violenta aspiraban a que la cuestión se decidiera por una movilización gigantesca similar a lo que significó “La Marcha de la Sal” que protagonizara Ghandi en la India en el año 1930… y que hizo mella en el régimen colonialista del Imperio Británico.

Encontrándome entre los soñadores que aspiramos a que esto se resuelva con el menor costo de sangre, quise imaginar un escenario en el que a ambos lados de la frontera hubiesen cientos de miles de personas presionando y facilitando la entrada de la “Ayuda Humanitaria”. Pero no sucedió así y de nuevo las primeras planas se llenaron de candela y plomo; en lugar de un final pacifico, no hubo ni final ni pacifico. Sólo se abrió un nuevo capitulo del desafío y la presión para, con el pasar de los días y luego de un recorrido por varios países, abrir un nuevo dilema de perder-perder para el gobierno madurista.

Se traslada el escenario al lugar de llegada de Guaidó, si lo atrapan el gobierno pierde, si no le hacen nada el gobierno pierde. ¿Cual de las dos jugadas hará el gobierno? He allí el dilema. Las fuerzas de la oposición nuevamente se mueven en el terreno de la acción no violenta procurando un escudo protector para Guaidó con la masa de gente en la calle y en todas las ciudades.

Y aquí mi memoria me lleva al aeropuerto de Ezeiza. Allí, en 1973 se produjo la llamada “Masacre de Ezeiza”. Un enfrentamiento entre las organizaciones armadas peronistas, en ocasión del regreso de Juan Domingo Perón a la Argentina luego de 18 años de exilio. No estoy comparando a Guaidó con Perón. Pienso es en la llegada retadora de un Presidente que puede generar una batalla, ya no en los puentes de “Llaguno” o de “Tienditas”, sino en el aeropuerto donde llegue o en la autopista La Guaira-Caracas, con posibleC enfrentamiento entre las fuerzas represoras (colectivos y policías) y los convocados para proteger a Guaidó.

Iván Zambrano Bencomo
03 03 2019

Mientras los soldados apoyaron la verdad, el Alto Mando decidió apoyar la felonía y no el respeto a la Constitución.

        Hace poco escribimos acerca de recuerdos sobre situaciones que pudieran servir de referencia o analogía a lo que actualmente se esta...